Como el sol, que no puede ocultarse con un dedo, hay verdades que no pueden esconderse, como esa legión de “homeless” o “sin techo”, desempleados que han perdido sus hogares y veteranos de guerra enloquecidos que deambulan por las calles de ciudades y pueblos de EE UU, parte de los 50 millones de pobres que sufren hambre en un país exaltado por el cine y la televisión yanqui como el más rico y poderoso del planeta.
Culpables de la trágica realidad que hoy se vive en esa gran potencia, son sus gobernantes, que cegados por la ambición y la codicia en su demencial afán por conquistar el mundo, desataron tantas guerras que, además de la violencia, destrucción y muerte que todo conflicto bélico acarrea, han llevado a gran parte de su pueblo a vivir en miseria extrema y a la economía al borde de la bancarrota, acelerando el proceso de declinación del imperio mas poderoso de la historia.
Desaparecida la era de bonanza y reducido consumismo derrochador de la riqueza que acumuló saqueando pueblos, hoy “el Norte es una quimera” para millares de latinoamericanos que llegan al país en pos del “Sueño americano”, una pesadilla para los millones de pobres y un infierno para los “homeless”, trabajadores que perdieron sus empleos y soldados que volvieron de la guerra que a veces matan y se suicidan, enloquecidos por las muertes que causaron.
Es el paradójico drama que vive un pueblo víctima del salvaje sistema capitalista, cuyos gobiernos, banca y transnacionales, en su empeño por adueñarse del mundo hicieron de la guerra, la codicia y la usura su razón de ser, provocando la recesión que ha hundido a EE UU en un caos económico, financiero y moral que se ensaña con más furia sobre los más débiles, los “homeless” o “sin techo.”
Lentamente y a medida que EE UU avanzada en su carrera de guerras injustas y absurdas como todas las guerras desatadas por el Imperio, entre alzas y altibajos, su economía se ha ido debilitando, socavada en gran parte por la portentosa escalada de gastos en la compra de las más letales armas y sofisticados equipos y sistemas bélicos suministrados por el Complejo militar-industrial, verdadero amo del poder en Washington.
Es el típico comportamiento de la economía capitalista que “según el concepto de las crisis cíclicas basadas en las teorías de Marx, se desenvuelve en oscilaciones cíclicas de prosperidad, crisis, recesión y reactivación”, solo que esta vez el sistema no ha podido superar la recesión actual iniciada hace poco mas de un par de años en EE UU y gran parte de Europa pese a los esfuerzos hechos por contrarrestarla.
Ahora Intentan rescatar sus empobrecidas economías planificando nuevas guerras y aplicando las diabólicas recetas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, cuyos planes de austeridad, rebaja o congelación de sueldos y salarios, aumento de la edad de jubilación, despidos masivos y privatizaciones solo contribuyen a empobrecer aún mas al pueblo y a preservar las obscenas e ilícitas ganancias de la banca y las transnacionales.
Solo en EE UU, hay en estos momentos más de 15,1 millones de desempleados, más de dos millones de ellos convertidos en “homeless” por diversas causas, como el perder sus viviendas, apropiadas por los bancos que al ejecutar hipotecas lanzaron a la calle a familias enteras que sobreviven en albergues para indigentes, en casas de familiares, autos abandonados, en plazas o bajo puentes, donde soportan lluvia hambre y frío. Otros son veteranos de las guerras de Irak y Afganistán, la mitad de ellos afectados por enfermedades mentales como resultado de su violenta experiencia bélica como autores de masacres, violaciones y torturas, cuyas dantescas visiones les roban el sueño y los convierte en guiñapos humanos, victimas del llamado Stress Post Traumático que en un alto porcentaje los arroja al alcoholismo, drogadicción, locura, asesinato y suicidio.
En las filas de los “sin hogar” figuran igualmente miles de mujeres solteras y casadas que abandonaron sus hogares, solas, o con hijos, huyendo de la violencia doméstica, y miles de adolescentes y jóvenes que escaparon de sus casas tras sufrir maltrato, y que, una vez abandonados en la calle, son víctimas fáciles de abuso sexual de las drogas.
La miseria en que viven esos seres contrasta impúdicamente con la obscena riqueza de la minoría rica que vive en lujosas mansiones y las ganancias de los bancos estadounidenses, que según Global Research, en los últimos meses han recobrado la posesión de 258.000 casas en EE UU en el primer trimestre de 2010”, dándose el caso, de que “por primera vez en la historia del país los bancos poseen una mayor parte del valor de la red de viviendas residenciales que todos los estadounidenses individuales juntos.”
En esos centenares de miles de viviendas, vivían lo que ahora son Los “sin hogar” que vagan sin esperanza ni futuro por la calle, desechos humanos de una sociedad cuyos miembros, los más afortunados quienes tienen la suerte de tener trabajo, los miran a veces con desprecio, otras con lástima, mientras les arrojan algunos monedas a los muchos que portan un letrero que dice, “Ayúdeme, tengo hambre”, o “Por favor, deme un dólar, tengo Sida.
Y es que a los “homeless” les está vedado vivir con dignidad, y ante la incapacidad del Estado capitalista de solucionar el problema de la pobreza, el desempleo y falta de albergues suficientes para darles abrigo y comida, los “sin techo” se ven obligados a pedir limosna a quienes tienen la suerte de tener trabajo, los que rinden culto al Dios del consumismo creado y estimulado por el sistema que depende de ese vicio y de las guerras para poder sobrevivir.
Hasta ahora, persiste y cobra fuerza cada día, la ola de despidos en la industria, el comercio y los servicios, la cual se ha desbordado a tal extremo, que la Casa Blanca, dejando a un lado su arrogancia, ha admitido esta semana que es “inaceptable.” “Una tasa de desempleo del 9,8% constituye un nivel inaceptablemente alto.” Así lo ha declarado, Austin Goolbee, jefe de los consejeros económicos de Barack Obama. Su afirmación puso al desnudo la tragedia humana que vive EE UU, exhibida obscenamente con mayor intensidad en el calvario que padecen los “homeless”, esos que perdieron su trabajo y sus hogares, y los miles de veteranos, que enfermos, luego de servir como “carne de cañón” al Imperio en sus guerras de conquista asesinando en Irak y Afganistán, en su propio país siguen matando y terminan suicidándose.
Existe una cruel y cínica realidad en todo esta tragedia, y es que la desgracia que padecen los “homeless” tiene visos de democracia, pues no distingue entre color de piel, edad, sexo o condición social, hecho constatado por las estadísticas que descarnadamente ilustran la composición social, étnica y profesional de esa masa humana que irónicamente vive hundida en la miseria, en la nación considerada como la Meca de la riqueza, del progreso, de la libertad y los DD HH.
Esa población errante, llaga social que no solo corroe la epidermis, sino también vitales órganos del cuerpo en descomposición de un imperio en decadencia, está conformada por hombres y mujeres, blancos, negros, morenos amarillos, profesionales, ejecutivos, técnicos, obreros y militares, confirmando que el hambre, la pobreza y el desempleo, no son plagas exclusivas del Tercer mundo, sino también al opulento y rico EE UU que engañosamente nos muestra Hollywood y la TV yanqui.
Actualmente, por las calles de Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Detroit, Washington, Chicago y el resto de las grandes urbes, lo mismo que en otros pueblos y ciudades de EE UU, desfila la silenciosa e interminable y fantasmal caravana de “homeless” que inútilmente buscan un lugar donde saciar su hambre, escapar del frío, de la lluvia, del vicio, y del peligro de la delincuencia que siempre los acecha.
Pero, mientras ellos esperan el “milagro” que los salve de ese infierno en el que viven, Obama el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra, presionado por los generales de su ejército y el lobby sionista de Washington, amo de la banca, de las transnacionales y del Complejo Militar-Industrial yanquis, sigue atizando el fuego de la guerra, destinando miles de millones de dólares más para la compra de armas y enviando mas soldados a ese “Cementerio de imperios” llamado Afganistán.
Es la cruel lógica del capitalismo sintetizada en esa frase obscena y cínica de amplio uso en su lenguaje de depredador implacable y voraz que afirma que, “negocios son negocios”, como se dice en inglés, “Business are business”, para el imperio yanqui, que se rige por las leyes no escritas del lucro y la usura, , la guerra figura como primera prioridad y razón de su existencia.
Lo que no tomaron en cuenta los militares del U.S. Army y sus aliados europeos, al lanzarse a las recientes aventuras bélicas es que los pueblos a los que invadieron aplicando en el criminal principio de “La guerra necesaria” los derrotarían en el campo de batalla, como también lo hicieron al enfrentar a los sesudos zares del FMI y el Banco Mundial, cuyas falsas recetas de shock han sido ignoradas y hoy adoptan las que mejor convienen a su prosperidad y desarrollo.
Y como un alacrán que en su desesperación se inyecta su propia ponzoña, el capitalismo, hoy no encuentra más remedio para sus males, que auto-recetarse la misma medicina con la que una vez destruyó las economías de muchos países del Tercer mundo, indicio cierto de que está por profundizarse aún más la crisis que lo devora, y que de no buscarle otras soluciones podría llevarlo a una hecatombe económica, política y social sin precedentes.
Ello aleja aún más las esperanzas para los 50 millones de pobres que pasan hambre en EE UU y para los centenares de miles de hambrientos “homeless” o “sin techo” que deambulan por las calles y se refugian en las plazas, bajo puentes o en vehículos y casas abandonadas para escapar del frío y de la lluvia, especialmente en esta temporada invernal que está azotando como la recesión, al imperio, mas poderoso de la historia, hoy en vías de extinción.
Por Hernán Mena Cifuentes
USA: "The American dream to the nightmare of hunger,
poverty and hell of the" homeless "
As the sun which can not be hidden with a finger, there are truths that can not hide, as the legion of homeless people or homeless, the unemployed who have lost their homes and crazed war veterans who roam the city streets and U.S. peoples, part of the 50 million hungry poor in a country extolled by the U.S. film and television as the most rich and powerful on the planet.
Guilty of the tragic reality that we live today in this great power, are its rulers, blinded by ambition and greed in his insane quest to conquer the world, sparked many wars, as well as violence, destruction and death all carries war have led to much of its people live in abject poverty and the economy on the brink of bankruptcy, accelerating the decline of the most powerful empire in history.
Missing the age of wealth and wasteful consumption reduced the accumulated wealth plundering villages today, "the North is a pipe dream" for thousands of Latin Americans entering the country in pursuit of the "American Dream" a nightmare for millions of poor and hell for the "homeless", workers who lost their jobs and soldiers returning from the war that sometimes kill and commit suicide, maddened by the deaths he caused.
It is the paradoxical drama a people living victim of the savage capitalist system, whose governments, banks and corporations, in their efforts to take over the world made war, greed and usury their rationale, causing the recession that has plunged U.S. into economic chaos, financial and moral fury rages over the weak, the "homeless" or "homeless."
Slowly and as the U.S. advanced in his career of unjust wars and absurd as all the wars launched by the Empire, between ups and downs, its economy has been weakening, undermined in large part by the portentous escalating costs in buying the most lethal weapons and sophisticated military equipment and systems supplied by the military-industrial complex, a true master of power in Washington.
Is the typical behavior of the capitalist economy "as the concept of cyclical crises based on the theories of Marx, it operates in cyclical swings of prosperity, crisis, recession and recovery", only this time the system was unable to overcome current recession started a little more than a couple of years in the U.S. and much of Europe despite the efforts to counter it.
Now try to rescue their economies impoverished planning new wars and using the evil recipes International Monetary Fund and the World Bank, whose austerity plans, reduction or freezing of wages and salaries, increased retirement, layoffs and privatization only contribute to further impoverish the people and preserve the obscene and illegal profits of the banks and corporations.
Only in the U.S., there are currently more than 15.1 million unemployed, more than two million of them become "homeless" for various reasons, such as losing their homes, appropriate for the banks that the mortgages went on the run street whole families surviving in homeless shelters, family houses, abandoned cars, in parks or under bridges where rain endure hunger and cold. Others are veterans of the wars in Iraq and Afghanistan, half of whom are affected by mental illness as a result of their violent experience of war as perpetrators of massacres, rapes and torture, whose nightmarish visions rob them of sleep and becomes human rags, victims the so-called Post Traumatic Stress in a high percentage throws to alcoholism, drug addiction, madness, murder and suicide.
In the ranks of the homeless are also thousands of single and married women who fled their homes, alone or with children fleeing domestic violence, and thousands of youths who fled their homes after being abused, and that, once abandoned in the street, are easy victims of sexual abuse of drugs.
The misery in which these creatures live shamelessly contrasts with the obscene wealth of the wealthy minority who live in luxurious mansions and profits of U.S. banks, which according to Global Research, in recent months has regained possession of 258,000 homes in the U.S. in the first quarter of 2010, giving the case that "for the first time in the history of the country's banks hold a greater share of the net value of residential housing on individual Americans all together."
In those hundreds of thousands of homes, lived what is now the homeless who wander without hope or future for the street, human waste from a society whose members, the lucky ones who are lucky enough to have work, look at sometimes with disdain, others with pity, while they throw a few coins to the many who carry a sign saying, "Help me, I have hunger" or "Please give me a dollar, I have AIDS.
And is that the "homeless" are denied to live with dignity and with the inability of the capitalist state to solve the problem of poverty, unemployment and lack of sufficient shelters to give them shelter and food, the homeless are forced to beg for those lucky enough to have jobs, who worship the God of consumerism created and stimulated by the system that depend on this service and wars for survival.
So far, it persists and becomes stronger every day, the wave of layoffs in the industry, trade and services, which has overflowed to such an extent that the White House, leaving aside his pride, admitted this week "unacceptable." "An unemployment rate of 9.8% is unacceptably high." This was declared Goolbee Austin, chief economic adviser to Barack Obama. His statement has laid bare the human tragedy that U.S. lives, obscenely exhibited greater intensity in the ordeal suffered by homeless people, those who lost their jobs and their homes, and thousands of veterans, the sick, after serving as "cannon fodder" to the Empire in their wars of conquest in Iraq and Afghanistan killing in their own country continue to kill and commit suicide.
There is a cruel and cynical reality in all this tragedy, and that the misfortune suffered by the "homeless" has overtones of democracy, it does not distinguish between skin color, age, sex or social status, a fact confirmed by statistics starkly illustrate the social, ethnic and professional of that mass of humanity who ironically lives mired in poverty in the nation as the mecca of wealth, progress, freedom and DD HH.
That population wandering social wound that not only corrodes the epidermis, but also vital organs of the decomposing body of a decaying empire, is made up of men and women, whites, blacks, dark yellow, professionals, executives, technicians, workers and military confirming that hunger, poverty and unemployment, are not exclusive to the Third World pests, but also the affluent and wealthy U.S. deceptively shows Hollywood and U.S. TV.
Currently, the streets of New York, Los Angeles, San Francisco, Detroit, Washington, Chicago and other large cities, as in other towns and cities in the U.S., the silent, endless parades and ghostly caravan " homeless "who vainly seeking a place to satisfy their hunger, escape the cold, rain, vice, and crime danger that always lurks.
But while they expect the "miracle" to save them from this hell in which they live, Obama the Nobel Peace Prize makes the war, under pressure from the generals of his army and the Zionist lobby in Washington, I love banking , transnational corporations and the Military-Industrial Complex Yankees, continues to fuel the fire of war, allocating billions of dollars for arms purchases and sending more soldiers to the "Graveyard of Empires" called Afghanistan.
It is the cruel logic of capitalism synthesized in obscene and cynical that phrase widely used language in its relentless and voracious predator which states that "business is business", as they say in English, "Business Are business" for the U.S. empire , which is governed by the unwritten laws of profit and usury, war appears as a first priority and reason for existence.
What I did not take into account the U.S. military Army and its European allies to embark on the recent military adventures is that the peoples who invaded applied in the criminal principle of "necessary war" the defeat on the battlefield, as did the face to the brainy czars IMF and World Bank, whose shock false prescriptions today have been ignored and adopting the best suited to its prosperity and development.
And because a scorpion in her despair she injects its own poison, capitalism today is no more remedy for its ills, that self-prescribed the same medicine with which once destroyed the economies of many Third World countries, indicating some that is to further deepen the crisis that devours, and not to seek other solutions could lead to an economic catastrophe, unprecedented social and political.
Further away it hopes for 50 million poor and hungry in the U.S. and for hundreds of thousands of hungry homeless people or homeless people who roam the streets and take shelter in the streets, under bridges or in abandoned vehicles and homes to escape the cold and rain, especially in this winter season that is hitting the recession, the empire, most powerful in history, now extinct.
By Hernán Mena Cifuentes
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